Cinco desafíos para su masificación
Cuando comenzamos en el mundo Web3 hace ocho años, jamás imaginé que podría cambiar mi carrera en Ingeniería, en algo parecido a un escritor experto en el mundo digital posterior al nacimiento del Bitcoin.
Pero aquí estoy y mi inquietud permanente provocada por estar imbuido en éste universo es: ¿Cómo escalar en las preferencias de la persona de a pie, con el fin de motivar su incorporación a nuestro mundo?
Estoy convencido de los desafíos a superar y por ello me pareció prudente hacer un examen sobre cuáles son esos retos, traerlos a debate y aterrizar el discurso para quienes serán indefectiblemente impulsores:
- Más sencillez, menos complicaciones: uno de nuestros deberes en la antigua economía, era dirigir proyectos. Y una de las cosas demandadas a los desarrolladores que nos acompañaban era: “hazlo sencillo” Créanme cuando les digo que es un desafío para alguien acostumbrado a lidiar con líneas de código, principalmente porque la mayoría son jóvenes disruptores que les gusta demostrar sus talentos; sin embargo, olvidan frecuentemente al usuario.
- Menos “puentes”, más fluidez: cuando intentamos nuestro primer “cambio” de criptomonedas, fue toda una pesadilla. La propia naturaleza de la Web3 en aquel momento no hacía las cosas fáciles; por supuesto, ésta dificultad ha disminuído con el tiempo, pero falta mucho por hacer. Al usuario promedio no se le puede estar vendiendo los “beneficios” de la Web3, si no existen herramientas fáciles que permitan la fluidez y usabilidad del resultado de sus esfuerzos dentro de nuestro universo.
- Más claridad, menos opacidad: una de las características que más nos hace ruido de la Web3 son los tecnicismos abundantes usados para “vender” los proyectos y la falta de claridad de cómo se beneficia el usuario al prestar tiempo o dinero con el fin de formar parte del mismo. Quienes no ven claridad, huyen hacia derroteros que expliquen en lenguaje sencillo los réditos a recibir cuando aborde la nave.
- Menos especulación, más valor: yo era del tipo de personas que pensaba “todo esto es una estafa”. Afortunadamente nunca me quedé quieto y decidí arriesgarme. Además, tuve la suerte de “caer” en un proyecto que devolvía valor realmente a cambio y esto es muy difícil de conseguir en Web3. El reto está en desaparecer la mala fama creada por algunos proyectos especulativos y trocar todo esto en devolver a las personas excluidas, lugares de verdadero valor donde puedan desarrollar sus talentos.
- Más ética, menos vicio: los flujos de inversión jamás deberían ser ofrecidos para engañar a los potenciales inversores de tiempo o de dinero. No estamos descubriendo el agua cuando decimos que el mercado Web3 otorga suficiente libertad para que malos y buenos actúen; sin embargo, la reputación es importante en la Web3 y el peligro que se cierne sobre quienes estamos acá, es que los espectadores y potenciales usuarios comiencen a comparar la Web3 con la internet “oscura”, algo que los principios del libro blanco de Bitcoin rechazan.
Y ahí los tienen ¿sencillos de enfrentar? Lo ignoro. Mi deber como comunicador es colocar los temas en la palestra.
Marco Tulio Mogollón Sánchez es ingeniero de sistemas, HIVE Builder y creador de contenidos.
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